ESTILOS DE APRENDIZAJE COMO META DEL
MODELO EDUCATIVO CONTEMPORANEO ¿FORTALEZAS
O DEBILIDADES?
María
Esperanza CANTORAL TREJO
Hablar de la educación y el
aprendizaje, es tratar un tema complejo, ya que en el convergen diversos
factores, tanto para el alumno como para
el profesor, dificultando aplicaciones de orden general, dado que el
aprendizaje se refleja tanto en la forma que respondemos al ambiente que nos
rodea, a los estímulos sociales, emocionales y físicos, el bagaje
cultural, la edad, la preferencia del trabajo individual o colectivo, así como la
motivación que el alumno tenga para aprender, todo esto nos
permite entender y procesar nueva información.
Hasta hace poco, ya entrado el siglo XX, el tipo de educación giraba en torno al modelo tradicional
de enseñanza-aprendizaje, este modelo correspondía a la teoría educativa
conocida como conductismo, dicho
modelo exaltaba la enseñanza y situaba como núcleo del proceso educativo al
docente, en torno al cual giraba todo el proceso educativo. Los alumnos eran tratados
solamente como receptores de los conocimientos expuestos en clase.
Ya para finales del siglo XX se realizó una
revisión de la pertinencia de continuar con la educación tradicional y se
evidenció que este modelo educativo había dejado de ser conveniente, que los alumnos
no solo no estaban entusiasmados con los estudios, sino que, no respondían a los nuevos requerimientos que
los empleadores requerían, no contaban con las capacidades suficientes para su
vida laboral; además se observó que las universidades estaban desvinculadas del
sector productivo.
Fue a partir de que la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomendó que el modelo educativo
debía orientarse al alumno y al aprendizaje,
según la teoría constructivista, preparando
a los alumnos para enfrentarse al ambiente laboral actual; emitió una serie de
recomendaciones para las organizaciones educativas y enfatizó que la educación
debía promover el saber ser, saber conocer, saber hacer y saber convivir,
desarrollando con ello una educación integral personalizada.
Para lograr lo anterior, los docentes se ven
obligados a adquirir competencias didácticas, entendidas como la capacidad de
enseñar a otro a aprender de por vida. Para Laura Frade, la competencia
didáctica está íntimamente articulada con
ocho capacidades que interactúan entre sí para dar como resultado la óptima
formación de los educandos (Frade, 2007): Capacidad diagnóstica: capacidad de
detectar las necesidades de aprendizaje del alumno y relacionada con la
determinación de los estilos de aprendizaje de los estudiantes que más adelante
permitirán diseñar las estrategias de enseñanza adecuadas para el aprendizaje; Capacidad
cognitiva: capacidad que guarda relación con la adquisición del conocimiento
que necesita el profesor para el desarrollo de los contenidos temáticos de sus
diferentes asignaturas; Capacidad ética: capacidad que incide en la toma de
decisiones por parte de los docentes sobre su compromiso ante la sociedad, la
responsabilidad al impartir sus clases, los valores que promoverá, los juicios
de valor que emitirá, la priorización del desarrollo de los alumnos, la preocupación
sobre su futuro laboral; Capacidad lógica: capacidad para organizar el
contenido de la enseñanza de una manera lógica-secuencial. Se demuestra
mediante la organización, ordenamiento, graduación y dosificación de los
contenidos conforme a lo detectado mediante la capacidad de diagnosticar; Capacidad
empática: capacidad que permite entender a los alumnos en tres diferentes
planos: afectivo, cognitivo y psicomotriz; Capacidad comunicativa: habilidad
para lograr la mediación entre el aprendizaje y la enseñanza. Corresponde a la
utilización de los diferentes tipos de lenguaje que posibiliten al estudiante
apropiarse del conocimiento y hacer su propia construcción significativa, lo
que les permitirá aprender para la vida; Capacidad lúdica: capacidad que
permite diseñar y aplicar diversas estrategias de enseñanza-aprendizaje; y Capacidad
metacognitiva: capacidad para evaluar el proceso enseñanza-aprendizaje en dos
vías: hacia los alumnos verificando avances y estableciendo medidas
correctivas, pero además hacia su propio desempeño como docente, lo que le
permitirá mejorar día a día en su profesión.
Por consiguiente, desde el punto de vista tanto del
alumno como del profesor, el concepto de los estilos de aprendizaje resulta
relevante porque ofrece grandes posibilidades de actuación para conseguir un
aprendizaje más efectivo, que es, precisamente, la meta del modelo educativo
contemporáneo.
El concepto de los estilos de aprendizaje está
directamente relacionado con la concepción del aprendizaje como un proceso
activo, acorde con la teoría constructivista del aprendizaje en donde éste requiere
de la manipulación de la información, por parte del receptor, para lograr
conocimientos.
Los estilos de aprendizaje
se centran en las fortalezas y no en las debilidades. No existe correcto o
incorrecto estilo de aprendizaje. Los modelos existentes sobre estilos de aprendizaje
ofrecen un marco conceptual para entender los comportamientos observados en el
aula, los cuales brindan una explicación sobre la relación de esos
comportamientos con la forma en que están aprendiendo los alumnos y el tipo de
estrategias de enseñanza que pueden resultar más eficaces en un momento
determinado, ya sea por el contendido temático en sí, o bien por las diversas
interacciones sociales que se desarrollan en el aula. Así mismo, son útiles
para que los alumnos comprendan cuáles son las mejores estrategias de
aprendizaje que les conviene seguir para que su rendimiento sea óptimo.
Ya que todas las personas emplean un método
particular de interacción, aceptación y procesado de estímulos e información,
podemos deducir que los procesos de aprendizaje de los alumnos no son
estandarizados y, por lo tanto, las estrategias que diseñamos los docentes no
deberían ser iguales para todo el alumnado.
Los estilos de aprendizaje resultan ser ricos en
explicaciones para apoyar las clases de los profesores por que pueden adaptar
mejor su estilo de enseñar al estilo de aprender de sus alumnos. Las
dificultades de la enseñanza –aprendizaje se derivan de una falta de adaptación
de los estilos de enseñar empleados por los profesores que no tienen en cuenta
los estilos de aprender de los alumnos receptores de su labor docente. Para
poder proporcionar una educación integral e individualizada acorde con las
nuevas teorías del aprendizaje y, derivado de ellas, los modelos educativos
contemporáneos, los docentes deberán aprender a realizar diagnósticos que
incluyan estrategias y estilos de aprendizaje.
FUENTES DE CONSULTA
Burón, J.
(1996). Enseñar a aprender: Introducción a la metacognición. Bilbao: Ediciones
Mensajero.
Frade, L.
(2007). Inteligencia Educativa. México: Mediación de la calidad.
Valenzuela,
A., & González A., (2010) “Cambio educativo: Innovación, Estrategias,
Formación, Estilos de Aprendizaje y Competencias Profesionales” la reflexión
desde la práctica. Perspectivas y Retos de la Educación Tomo II. MEXICO: UNISON.
Dunn R. y
Kenneth Dunn (2008) “Modelos y Es tilos de Aprendizaje” disponible en: http:www.learningstyles.net. Consultado
05-10-2015.
Tünnermann,
C; DE Souza, M. Desafío s de la Universidad en la Sociedad del
Conocimiento,
Cinco Años después de la Conferencia Mundial sobre Educación Superior. UNESCO.
[En línea].2003. [Ref. Nov. 2006] Disponible en Internet. http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001344/134422so.pdf
Revista Estilos
de Aprendizaje, nº6, Vol. 6, octubre de 2010. Disponible en: http://www.uned.es/revistaestilosdeaprendizaje/numero_6/articulos/lsr_6_articulo_7.pdf
Cambiar la mentalidad de los docentes en éste sentido implica un gran reto a pesar de que ésta corriente ha sido difundida. Y es, además, una de las cosas más complicadas a las que el docente debe atender en un grupo: su heterogeneidad.
ResponderEliminarHablando de grupos en los que los rangos de edad son acotados podría resultas más sencillo, que un grupo con un rango más amplio en el converjan diferentes generaciones de profesionistas; pero eso es sólo un rubro, pues aun teniendo un grupo homogéneo, juegan un papel de suma importancia las habilidades que el docente pueda desarrollar para poder de manera, al menos somera, atender a las necesidades derivadas de los estilos de aprendizaje del grupo, aun más para diagnosticarlos.